El canario comienza a explicar el plan, profundizando en el sigilo, mientras el andaluz corre hacia el banco poniéndose la máscara y los guantes de fregar, disparando contra las ventanas y alertando a todos los guardias de seguridad cuantos encuentra a su paso. Mientras tanto el gallego intenta colarse por uno de los ventanales del tejado, precipitándose al vacío y solicitando asistencia médica.
Colocan el taladro para abrir la cámara donde se esconde el botín, lanzan bolsas de munición al suelo acompañadas de kits médicos y comienza a llegar la policía.
Todas las fuerzas del orden y fuerzas especiales del país dejan lo que están haciendo y se movilizan para ir a detener a 3 individuos que intentan robar un banco, apareciendo en escena policías cargados con escudos, tasers y conocimientos avanzados de ninjitsu, abriendo fuego contra los tres ladrones que miran la pantalla del taladro contando los segundos que quedan para derribar la puerta. Una orgía del orden, vamos.
Consiguen entrar y las matemáticas le dan una bofetada en la cara; cinco bolsas para 3 ladrones que desencadenan la siguiente serie de eventos:
El canario intenta llevar todas las bolsas que puede, siendo abatido por el camino.
El andaluz grita al canario que corra y que la avaricia los matará a los tres.
El gallego corre hacia la furgoneta vendiendo a sus compañeros.
A pesar de los contratiempos, los tres consiguen llegar al vehículo y hacen recuento:
4 botiquines consumidos.
1.500 balas disparadas.
1 taladro hidraulico valorado en 1.500 dolares abandonado en el banco.
454.345.123 policías asesinados
12.000 dólares de botín.
Deciden hacerse políticos, roban más y se lía menos.
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